Para algunas mujeres conseguir un embarazo puede ser muy sencillo, mientras que para otras suele costar un poco más de trabajo; pero cuando conoces tu fase de ovulación puedes incrementar las posibilidades de quedar embarazada.
Lo primero que debes identificar son tus días fértiles, estos suelen ser a la mitad del ciclo, los días 14 o 15 a partir del primer día de la menstruación en los ciclos regulas de 28 o 30 días.
Cuando los ovarios liberan un óvulo maduro, conocido como ovocito, este llega a sobrevivir durante 2 días; mientras que los espermatozoides llegan a vivir dentro del organismo de la mujer entre 48 y 72 horas, en los días previos a la ovulación o días después se puede conseguir el embarazo.
Es en el momento de la ovulación o justo después cuando se incrementan las posibilidades de concebir; ahí es donde radica la importancia de conocer cómo son tus ciclos menstruales, si son regulares o irregulares, para que puedas identificar cuales son tus períodos de máxima fertilidad.
Si estás pensando en tener un hijo también debes considerar evaluar tu estilo de vida y reducir todos aquellos riesgos que puedan volverse un impedimento o que provoquen riesgos que dañen tu salud y la de tu bebé.
Tu estilo de vida y el de tu pareja son determinantes para lograr la concepción y tener un buen desarrollo del embarazo.
Evita caer en una obsesión por quedar embarazada, esto se debe planificar con naturalidad; de esta manera no perjudicarán su fertilidad. El cansancio, el estrés y la ansiedad llegan a dificultar el embarazo debido a que se pueden alterar tanto en tus períodos como en el esperma de tu pareja.
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Si después de haber mantenido relaciones durante más de un año no lo has conseguido, aún estando en tus días fértiles, es momento de acudir a una clínica de fertilidad para que los especialistas puedan encontrar la causa que lo impide y te recomienden el tratamiento más adecuado.